Por Ámbar Occhi, María Paz Satostegui, Leandro Vicente y Juan Bautista Zampatti
El pasado miércoles nos visitó Álvaro Álvarez para darnos una charla sobre el litio, el uso que se le da, los problemas ambientales que genera su extracción, las disputas políticas y los conflictos sociales que genera en Argentina y el planeta.
Álvaro Álvarez, escritor, geógrafo y actual trabajador del Conicet fue invitado por la profesora Lourdes Apellianiz para hablarles a los alumnos de 5° y 6° año del Colegio Estrella de Belén sobre el litio, un mineral muy liviano que se encuentra en compuestos y con una capacidad de acumulación de energía con mucho potencial. El litio es un mineral que en el pasado era utilizado para dar solidez a las cerámicas y en la industria farmacéutica, pero hoy en día se emplea para baterías de celulares y vehículos, y la mayoría del uso se da en la industria armamentística.
Este mineral se encuentra en rocas o salares. Argentina, Chile y Bolivia poseen el conocido “triángulo del litio”, un lugar que posee entre el 46 y el 65% del litio a nivel mundial y el salar de Uyuni, la reserva de litio más importante de Sudamérica. Otros países que poseen en grandes cantidades este mineral son México y Australia, y este último es el mayor exportador del mismo en la actualidad; en cuanto a reservas probadas de fácil acceso, tan solo Sudamérica tiene alrededor del 80% de estas a nivel mundial.
Posición geográfica del triángulo del litio.
Actualmente solo hay una manera de extraer litio de manera eficiente, pero emplea grandes cantidades de agua, alrededor de 30 millones de litros para extraer una sola tonelada de litio. Esa agua más tarde termina evaporándose y queda inutilizable.
Recientemente los Yacimientos Petrolíferos Fiscales ( YPF ) se están encargando de encontrar nuevas maneras de extraer el litio de manera eficiente, inclusive crearon una sub-empresa conocida como “YPF Litio”. Todo esto contribuye a la crisis ambiental que el mundo está atravesando, el agua dulce es limitada y esta actividad es hidro-dependiente.
El geógrafo Álvaro, menciona que el río Paraná es el tercer río más caudaloso del planeta y, por el gasto constante de su agua, se puede atravesar “caminando”.
Además de este problema, también podemos encontrar la situación vinculada con las comunidades indígenas locales. Tan solo en la zona argentina de litio hay 33 comunidades indígenas que no están de acuerdo con la extracción del mineral (véase artículo 169). Su extracción genera millones de metros cúbicos de residuos y arruinan la poca agua que posee la zona. Álvaro también señaló: “El artículo 124 de la constitución le entrega la potestad de los recursos estratégicos a las provincias”, esto quiere decir que el país no tiene el permiso de utilizar los recursos de las provincias que tienen el litio.
Montos de litio en cantidades industriales en la puna argentina.
Las empresas que extraen litio en Argentina deben dar un mínimo del 3% de sus ganancias, esto porque existe el código de minería/ley de boca de mina. El problema radica en que las ganancias que genera una empresa se manifiestan por declaración jurada, por lo que una empresa puede mentir y fácilmente darle menos ganancias a la provincia de lo que realmente corresponde. Esta ley es antigua y tiene que ser reformada, según planteó Álvarez. Señaló que en países como Chile, las ganancias deben ser del 40%, sí el código minero y la ley de boca de mina se endurecieran, esto no alejaría las inversiones en su totalidad.
Terminando la charla, el trabajador del Conicet , dijo que se está hablando de la necesidad de una reforma constitucional en la Argentina, repensar realmente a quién le damos nuestro litio, no se trata de extraer o no, sino para quién vamos a extraer.