Entrevista a Bernardo Martínez
Por Manuel Polizsuk
Era un jueves de esos aburridos, amagaba con llover a cada instante, ideal para dormir la siesta toda la tarde. Con ese contexto desesperanzador, no creía que Bernardo Martínez, profesor de Matemáticas de primer ciclo, ya jubilado de nuestro Colegio Estrella de Belén, estuviera conectado al Zoom ni 10 minutos después de contactarlo para ver si le podía hacer una entrevista. No creo que haga falta presentarlo mucho, todo el que esté de alguna manera relacionado con el colegio, lo tiene que conocer a la fuerza casi. Para el que no, es un hombre alto (bastante alto), de pelo ya gris, ojos marrones y unas ojeras pronunciadas, vestigio de su vida de intenso trabajo.
«¿Te desperté de la siesta?», le pregunté cuando nos conectamos. «Pero qué siesta ni que siesta, acá me hicieron pintar toda la tarde la pared de allá atrás», exclamó entre risas. Se lo notaba feliz, despreocupado. Previo a la entrevista charlamos un poco de deporte, del partido a la noche de la selección y de los argentinos en Roland Garrós. De dos palabras que decía, tres eran chistes o bromas. Con este espíritu de charla relajada comenzamos la entrevista.
Para empezar, contame un poco de tu vida actual. En el Colegio no trabajas más, pero ¿seguís laburando en otros lados?
Sigo trabajando en las otras dos escuelas que trabajaba además de Estrella. Tuve problemas con la jubilación, con un trámite, y sigo trabajando un tiempo más en dos escuelas secundarias estatales más.
Así que seguís dando clases virtualmente entonces…
Sí, igual en una no doy clases, hago de soporte de profesores, soy Encargado de Medios de Apoyo Técnico Pedagógico (EMATP) y en la otra solo doy un taller virtual que es optativo, pero todavía ni empezamos las inscripciones. Lo que hacemos es, junto a los demás profes, mantener el contacto con los chicos. Una vez por mes vamos a reportar los bolsones alimenticios. En este momento también repartimos las tareas para los chicos que no tienen conectividad.
¿Cómo venís llevando la cuarentena en tu vida, en tu trabajo? ¿Te afectó mucho?
No, me gusta estar en casa, la pasamos bien con Moni y Juani (su esposa y su hijo). Tuve problemas al principio de la cuarentena por trámites que no salían y una vez que se solucionó eso, era quedarse en casa haciendo tareas, pintando, con el jardín, las tareas del hogar.
¿Una vez que te jubiles completamente tenés algún proyecto al que le quieras dedicar tiempo que por ahí antes no podías?
No, por ahora no. Descansar y hacer lo que estoy haciendo ahora. La idea de jubilarme era estar más tiempo en casa, con Moni. Por ahí, una cosa que quiero hacer es teatro, algo que me gustaría.
Bernardo no siempre fue el profesor de matemáticas que todos tuvimos de 1° a 3°, sino que trabajó en otros lugares y ámbitos e hizo proyectos más que interesantes. Con estas siguientes preguntas hacemos un repaso de su carrera laboral.
Empezaste estudiando Ingeniería en Sistemas, ¿no es así?
Sí, primero en la secundaria me recibí de técnico electromecánico, en la escuela Técnica. Una vez que terminé eso, hice un curso de electricidad de aviones de guerra, los aviones Dagger, los que combatieron en Malvinas. Me iba a poner a trabajar en la Fuerza Aérea pero por hache o por be, no pude entrar y me quise ir a Olavarría a estudiar ingeniería electromecánica, pero mis viejos no pudieron bancarme y me metí en lo único que me gustaba acá en Tandil, ingeniería en sistemas. Cuando me quise acordar ya estaba en el quinto año de la carrera.
¿Dónde trabajaste después?
Estuve 12 años trabajando en bancos, desarrollando sistemas para ellos: sistemas de consolidación de deuda, de cuenta corriente, de los cajeros automáticos. Puntualmente fue en el banco que estaba donde hoy está el próximo paseo del shopping. Después trabajé también en Capital y La Plata con otros bancos. Allí desarollábamos las pantallas que te aparecen cuando estás usando el cajero. Luego, también laburé dando clases en escuelas secundarias y en la universidad, en Ciencias Económicas y en Ciencias Exactas.
¿Cómo terminaste siendo profesor de matemáticas, descubriste que te gustaba enseñar?
A mí me gustaba enseñar de antes. Una vez en la iglesia me preguntó Mabel Tamame si quería ayudarla en la escuela bíblica. Ahí me di cuenta de que me gustaba dar clases y estar ayudando en la escuelita dominical te obligaba a preparar clases, planificar. Los cursos de LAPEN (Liga Argentina Pro Evangelización del Niño) me sirvieron mucho para dar clases. Cuando me quise acordar me llamaron de una escuela para ver si quería dar clases, porque antes era por concurso y una de las cosas que más me felicitaron era el manejo de grupo que tenía, y todo eso me lo había dado la escuela bíblica.

Bernardo (al fondo a la izquierda) en una de sus clases de la escuelita bíblica
Yo antes daba clases en Estrella de Belén cuando recién arrancaba pero de computación, con los nenes chiquitos. Yo había dicho un día: “que ganas de dar clases que tengo”, y uno de los representantes legales del colegio me preguntó sobre qué materia enseñaba. Resulta que habían estado buscando y orando por un profe de computación desde hace tres meses. Ahí se puede ver como son las manos de Dios. Fue así que estuve dando clases por dos años y medio hasta que pudieron contratar más gente. Yo me fuí a La Plata y cuando volví, en el 2001, estaban empezando la secundaria. Ahí el pastor Roberto Kruger me ofreció si quería trabajar en la escuela y estuve hasta el 30 de abril de este año.
También en las escuelas solías hacer varios proyectos solidarios. Por ejemplo, una vez me contaste de un bastón…
Sí, es una de las cosas que me encanta hacer. El bastón inteligente para ciegos lo hicimos el año pasado en la Escuela Secundaria N°7. Fue usando chips de electrónica, con una placa Arduino. De hecho, ahora estoy jugando con…
En este momento, Bernardo se levanta y va a buscar algo. Vuelve con algo parecido a un robot. Su cara de felicidad cuando explica orgulloso lo que hizo denota su amor por este tipo de actividades.

Mostrándonos su último experimento
Esto es un minibot. Acá en la placa Arduino podes conectar los sensores que quieras y lo manejas con una aplicación del teléfono vía Scratch. Sirve para aprender a programar. Con esto, podes tener sensores de proximidad, de movimiento y demás. Con el bastón, pusimos una placa parecida a esta puesta en un tubito , una bocinita y un sensor de proximidad, parecido a los de los autos que usas cuando estacionas. Todo esto lo hicimos con los chicos de la secundaria del barrio Arcoiris. Con ese bastón nos presentamos en la feria de ciencia local, para mostrarlo nada más, no para competir. Tiempo después, nos enteramos que la directora nos había metido de prepo en un concurso y tuvimos que ir al Salón Blanco de la Municipalidad a defender el proyecto y a recibir el premio. Ganamos una pizarra digital para la escuela.

Bernardo junto a otros profesores y alumnos de Secundaria N°7 presentando el bastón inteligente para personas invidentes
¿Qué aprendiste de todo este tiempo siendo docente?
(Piensa un rato) Te puedo decir de quién aprendí, de ustedes. De los alumnos aprendí constantemente. Ver las diferentes formas en que tenía que encarar las cosas. Tener que cambiar la forma de enseñar, de que no se me aburrieran en clases. Es mucho de buscarle la vuelta a las cosas, y eso cansa mucho, así me pasó a la hora de enseñar en los últimos tiempos. Llegó un momento en el que decía: “No aguanto más” y ahí tomé la decisión de jubilarme.
Muchos lo conocían simplemente como un profesor, o como el alto que daba matemáticas y ahí terminaba la relación, pero no es mal momento para conocer un poco más a fondo quién es y cómo es en realidad Bernardo.
¿Cuáles son tus hobbies principales?
Me gusta mucho estar en casa, cocinar, ver pelis y series. Si esperabas que te dijera salir a caminar, no, eso no. (Risas)
¿Algún sueño que todavía no hayas cumplido?
Poder conocer parte de Argentina. Me gustaría ir al Cerro de los Siete Colores y al Glaciar Perito Moreno.
Ahora te voy a hacer un pequeño cuestionario sobre tus gustos, ¿comida favorita?
Un buen asado (con cara de ¿qué pregunta es esa?).
¿Película favorita?
101 Dálmatas o la saga de La Era del Hielo. Me gusta como se da la amistad entre seres tan distintos entre sí, el mamut, el perezoso, el tigre dientes de sable. Siempre me encantó verla por eso.
¿Banda de música?
Los Beatles.
Última, ¿libro favorito?
Las Crónicas de Narnia. También Cuando lo que Dios Hace No Tiene Sentido. Es un libro muy piola que te cuenta lo que sucede cuando Dios llega cuatro días más tarde, como pasó cuando murió Lázaro. Te hace pensar y darte cuenta que Dios llega en el momento justo. Cuando quieras te los presto.
Si un alumno de primero, que nunca llegó a tenerte preguntara cómo es Bernardo, ¿qué le responderías?
Que te digan los de quinto o sexto. No me voy a vender yo (risas).
¿Qué valor es el más importante para vos?
La honestidad.
¿Qué es lo que más te irrita o molesta?
Que no te hagas cargo de lo que haces. Hubo alumnos que eran muy jodidos, que tenían miles de problemas, te hacían la vida imposible, pero si se hace cargo, lo banco, lo banco a full.
Con esta pregunta terminamos la entrevista que podría haber seguido mucho más, con infinidad de otras preguntas. Sin embargo, el entrevistado había pedido que termináramos puntualmente antes de las 6 porque empezaba “El Gran Premio de la Cocina” y no quería perdérselo. No hubo más remedio que despedirnos el uno del otro.