Por Agustín Arnaiz
El 5 de junio fue establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1972 como el Día Mundial del Medio Ambiente con el fin de incentivar tanto a la población como a sus gobernantes a establecer políticas que protejan nuestro ecosistema.
En esta fecha se conmemora con el fin de concientizar a la población mundial sobre los diversos factores que perjudican nuestro planeta, para así mejorar nuestras conductas y vivir en un ambiente sano.
Nuestro Planeta Tierra es el único lugar habitable (hasta la fecha) del vasto universo, por eso debemos preservarlo y cuidarlo de cualquier acción que le cause daño. Pero esto no es tan sencillo, no alcanza con tirar los papeles de caramelos a la basura o con no usar desodorantes que dañen la capa de ozono. Proteger el territorio va más allá de esto, si bien lo anteriormente mencionado contribuye al cuidado del mismo, no es suficiente para detener las catástrofes naturales y desastres ambientales causados (directa o indirectamente) por la mano del hombre.
El mundo fue cambiando con el pasar de los años y con la intervención del ser humano, la urbanización, la masiva tala de árboles, la cacería, y la extracción de recursos son algunos de los causantes del deterioro del planeta. Desde que se tienen registros, nuestra especie ejerció daños sobre distintas especies y paisajes, causando la extinción de algunos especímenes y la destrucción de lugares.

El mundo está en nuestras manos
Aunque todo lo mencionado son solo ejemplos, hay una gran preocupación en relación a ciertos temas, uno de ellos (y de los más desesperantes) es el cambio climático, que contribuye con la aceleración del calentamiento global. El derretimiento de los polos y la variación del clima son efectos innegables hoy en día, ya que poco a poco vamos notando las consecuencias. Un invierno adelantado, cambios repentinos en las temperaturas, crecimiento del nivel del mar y algunas catástrofes naturales son cosas que notamos o vemos por la televisión, y sabemos que están pasando. Pero a pesar de esto, todavía no se ha formado una cultura que promueva el cuidado del ecosistema.
Si bien el cambio está en cada uno, son los movimientos y acciones colectivas los que más contribuyen con la causa. Debemos empezar por “contagiar” estás ideas naturalistas a los que no tienen interés en el tema, creando así una sociedad que consuma responsablemente, que sepa de donde sale cada alimento, que tome como costumbre el reciclado de basura, y que distinga qué cosas dañan y cuáles no.
Es por todo esto que diversas organizaciones no gubernamentales (ONGs) están trabajando intensivamente en el tema. Sin embargo, no son las únicas que trabajan en el asunto. Distintas escuelas y universidades se están encargando de concientizar a sus alumnos, creando proyectos o simplemente haciendo propagandas.
Es de suma importancia cuidar lo nuestro para tener una vida plena, y para que generaciones futuras no sufran las consecuencias de nuestros actos. Se puede empezar plantando un árbol o regulando el agua cada vez que nos bañamos (por ejemplo), lo importante es actuar y no mantenerse neutral frente a la situación.
Compromiso ambiental
Tal como se promete lealtad a la bandera en nuestro país, el Juramento Ambiental es algo relativamente nuevo, y consiste en que un grupo de personas o estudiantes se comprometan a cuidar la naturaleza y preservar el ecosistema. En nuestro colegio Estrella de Belén (y en la mayoría de escuelas), esta promesa se realiza el mismo Día del Medio Ambiente, es decir, el 5 de junio de cada año. Es así que en el día de hoy los alumnos de 1° año del secundario, harán su promesa de compromiso con el Medio Ambiente en el acto que tendrá lugar a las 11 de la mañana en el Templo de Mitre 643.