Entrevista a Sebastián Mónaco, profesor de inglés

Por Luciana Anchoverri

Sebastián Mónaco tiene lo de mejor de dos mundos: Por las mañanas profesor de inglés en el privilegiado 5to de Estrella de Belén y por la tarde un súper gamer que se enfrenta a numerosos desafíos y obstáculos en los lugares más recónditos y fantásticos de los videojuegos. Este simpático profe gamer posee algo especial: la condición de no usar cuadernillo con sus alumnos y un superpoder llamado “efecto bola de nieve” que también aplica en su instituto.

Conocemos más de la intrigante doble vida de Sebastián: aventuras gráficas y mucho inglés en esta fantástica entrevista donde se abordan temas como la enseñanza, métodos más dinámicos para aprender, los videojuegos y la pasión de jugar y conectarse con personas de distintos países.

Vamos a lo más divertido: ¡los videojuegos!, ¿qué juegos jugás?

Yo juego “World of Warcraft (WoW)” es un MMORPG (sigla en inglés de massively multiplayer online role-playing game). Esto quiere decir que el WoW pertenece a la categoría de juegos donde los jugadores controlan un avatar dentro de un mundo virtual en una vista de tercera persona. Esta vista tiene como característica que el personaje se pueda ver de cuerpo entero y generalmente de espaldas. Es muy frecuente y da una mayor sensación de inmersión en el juego. También se lo puede ver mejor al explorar el entorno, combatiendo contra varios monstruos y jugadores, completando misiones e interactuando con personajes controlados por el juego o jugadores reales. El completar misiones ayuda a los jugadores a poder subir de nivel y de esta forma logran conseguir equipamiento que ayuda más adelante a combatir a las distintas criaturas que van apareciendo en el camino.

¿Cómo surgió esta idea de jugar juegos online?

Siempre fue una pasión desde chico, yo empecé a jugar desde los 6 años. En esa época las computadoras eran bastante raras y ni existía el Windows, así que los juegos eran horribles pero bueno, a mí me gustaban. Nos juntábamos con mis primos, pasábamos el tiempo y nos divertíamos y a medida que fue evolucionando el tema del juego, me fui metiendo más, y sumergiéndome en esas “aventuras gráficas” donde uno tenía que explorar, investigar y descubrir cómo solucionar un problema y después otro y otro. Algo así como misiones. Esto hizo que me fuera metiendo más, después cuando abrí el ciber ya me metí de lleno.

¿Te conectás con personas de distintos países?

Sí, me conecto con personas de países como Canadá, Estados Unidos, todo centro América, Europa y demás. Yo al principio no me animaba a hablar por el miedo a equivocarme aun sabiendo que hacía muchos años que iba a clases de inglés, y un día la necesidad de comunicarme con la gente en ese aspecto del juego que a uno le gusta me llevó a largarme a hablar ¡y no me quedó otra! (risas).

¿Te pasas mucho tiempo jugando?

-Yo paso el tiempo que pueda, es mi pasión, hay algunas personas que les gusta el futbol, a otras las carreras, a mí me gusta jugar juegos, sin embargo no es fácil medir el tiempo que implica, hay que buscar la manera de lograr un equilibro, si vos te metés mucho en una cosa podés descuidar otra y a ahí empiezan a surgir distintos problemas. Si uno es organizado y sabe ponerse límites no tendría por qué ser una desventaja.

Si algún chico lo quisiera hacer, ¿cómo debería empezar? ¿Hay requisitos?

-No, la verdad es tener ganas y mucha hambre de aprender porque vos podés empezar con una computadora básica y jugás juegos básicos o viejos que muchas veces suelen ser más entretenidos que los que hay ahora. No necesariamente tienen que ser sí o sí los últimos. Lo importante es tener ganas de aprender y de divertirse mucho porque ese mundo de juego es un gran pasatiempo.

Digamos que sos un “profe gamer”, porque además de jugar juegos, enseñás inglés en el Cole y con respecto a esto, la verdad es que a mí me sorprendió mucho tu enseñanza del inglés, esa filosofía de tratar de “no rellenar casilleros” y de incluso no usar cuadernillo. Contanos cómo surgieron las bases de esta idea.

(Se ríe). El tema del libro a un profesor lo ayuda mucho, porque le da mucho material para trabajar, pero veces limita el tema de que el alumno pueda volar. Yo tengo una particularidad, a mí desde chico no me gustaba el inglés, pero siempre me gustó enseñar, entonces por un lado puedo comprender a muchos chicos que no les gusta aprender el idioma y un poco me pongo en su lugar tratando de dar el inglés como una herramienta donde ellos realmente vean el uso.

Es como un taller de carpintería, te dan la teoría de cómo trabajar la madera pero no te dicen cómo hacerlo, vos después lo intentás y aprendés. Yo trato de aplicar esto en mis clases

Contame Seba, ¿cómo reaccionan los chicos cuando les decís que ese año no van a usar cuadernillo? Recordemos que venimos de un montón de años anteriores usándolos y de pronto ya no lo piden.

Las reacciones de los chicos son variadas. Es algo nuevo romper con ese paradigma pero la posición que toman es de “bueno vamos a ver cómo es”, y hasta ahora viene funcionando. Hay chicos a los que también les gusta “rellenar casilleros” y también tengo muchos que están muy avanzados en el inglés, pero cuando los expones a donde realmente lo tienen que usar y salen de esa zona de confort de solo completar actividades dicen “¡uy la pucha, el inglés tenía un objetivo que es comunicarse!” (risas).

Me parece que es algo que está muy bueno y re dinámico, porque muchas veces nos hacen comprar libros re caros y no los usamos en su totalidad.

-Con respecto al tema de comprar los libros creo que un profesor siempre piensa de antemano todo lo que va a tener que usar y lo hacen en base a un objetivo, pero bueno, es una realidad también que tenemos pocas horas del idioma y no todos llegan a utilizar todo el material. Nos es que no lo queramos usar, sino que a veces hay que ajustarse al tiempo.

Si les hacen comprar el manual es porque en su momento ellos creyeron que era lo mejor, a veces el tiempo es tirano y juega en contra pero siempre se intenta aprovechar lo mejor posible.

Ahora tus realidades son los juegos, la escuela y el instituto y todas están atravesadas por el inglés, me dijiste que de chiquito lo odiabas, ¿llegaste a amarlo con el tiempo?

¡Qué pregunta! (Risas) La verdad que sí, si no hubiera estudiado inglés y no sería lo que soy hoy. A veces cuando digo que no me gusta el inglés, es un viejo resquemor que me quedó de pequeño pero hoy en día, si tuviera que ser sincero y sí, el inglés me ha abierto las puertas literalmente para todo. A mí me cambió la vida.

¡Te pudo al final!

-Jajaja, sí

Contame más sobre el instituto que tenés, ¿cuándo fue fundado?

Bueno, el lugar se llama “Instituto de Capacitación en Inglés” (ICI), está sobre la calle Paz al 1055 y fue fundado en 1981, un año antes de que yo naciera y lo fundó mi mamá. Empezó chiquito, un instituto familiar con un solo salón, mi mamá lo sostuvo hasta el 2015. Yo empecé a trabajar con ella cuando tenía 16 años, con cosas chiquitas como los cursos de menor nivel para generar el tema de la responsabilidad y ahí me di cuenta de que me gustaba enseñar. Por supuesto que uno no empieza sabiendo todo y va aprendiendo con el tiempo pero fue la razón por la que pude encariñarme con la profesión de la docencia. En el 2015 ya me hice cargo yo con mi mujer para intentar agrandarlo. Asique ahora estamos ahí, en un lugar más grande, con cinco salones y contentos porque la verdad es que estamos haciendo algo que nos gusta, que es enseñar.

¡Qué bueno! ¿Podés aplicar en el ICI esa forma dinámica de dar clases que antes me contabas o por ser un instituto es mucho más estricto el tema?

Sí, yo puedo aplicarla y más libremente aunque acá en el cole no le pongan ningún tipo de límite. Entonces mi respuesta es sí, la aplico y son gratos momentos con los alumnos.

¿Para contratar algún profe, buscás que sean innovadores o dinámicos como vos?

Yo respeto la forma de cada uno de enseñar. Lo bueno es que hacemos distintas reuniones donde exponemos diferentes temas sobre las clases, los contenidos, los métodos, etcétera. Ahí compartimos las ideas y eso es lo mejor porque podemos enriquecernos de las perspectivas de los otros profes.

El año pasado, cuando estuve en tu clase, nos hablaste del “efecto bola de nieve” en las evaluaciones, ¿cómo le contarías a la audiencia de qué trata?

(Risas). Bueno, una bola de nieve empieza chiquitita y cuando llega al final se va agrandando y termina siendo mucho más grande. Eso es el lenguaje, cuando uno lo tiene que usar, lo usa entero, no por partecitas, que muchas veces la enseñanza tradicional del inglés es así, entiendo que es una manera de enseñar y no está mal pero uno tiene que ver a veces “el todo”, porque el lenguaje mezcla todo. Asique la bola de nieve es eso, al momento de evaluar yo lo tengo que hacer desde el momento 0 hasta el día 118, todos los contenidos que te di porque en el inglés los vas a usar todos.

¡Muy genial! ¿Y cómo pensaste el nombre?, porque tranquilamente pudo haberse llamado “Efecto Seba”

Jajaja, no sé, ¡en el momento de explicarlo fue lo que me imaginé, el dibujito! La bola de nieve significa el conocimiento que tenés que saber y se va haciendo más grande llegando al final y transitando todas las instancias de evaluación.

¿Lo aplicás también en el Instituto de Capacitación en Inglés?

-¡Si, obvio!

Tengo la curiosidad de si has descubierto algún otro método de volver las clases más llevaderas y divertidas

Sí, hace poco implementamos la “rueda de los verbos” un sistema circular que permite seleccionar el verbo y te lo muestra en los diferentes tiempos verbales. En realidad, yo siempre trato de mantenerme actualizado con cursos y capacitaciones, es algo que siempre está bueno porque uno no puede quedarse con una sola manera de enseñar ya que puede que a no todos los alumnos les funcione. Asique es en realidad eso: seleccionar, acomodar, mejorar y sacar lo mejor de cada método. Uno nunca se puede quedar estancado y mucho menos en la educación.

De verdad seba me encanta tu forma de explicar. Esto de salir de lo convencional ayuda un montón en el aprendizaje.

Si, el tema de salir del casillero no está mal, es importante también y otra manera de enseñar. Yo llegué a ser lo que soy gracias a rellenar casilleros por eso uno no lo puede tirar abajo, obviamente hay que utilizar ese método también. Es en realidad, un poco de todo: rellenar actividades pero también saber cuándo y cómo hay que hacerlas, además de conectar los distintos temas y tiempos verbales.

¿Qué criticas te harías a vos mismo?

¡Qué difícil esa pregunta! (Risas). Y bueno, muchas cosas. Yo creo que a veces mi manera no llega a todo el mundo entonces es también buscar la forma de adaptarla a todos y se vuelve una cuestión que uno siempre tiene que rever y modificar para que más chicos puedan entenderme y no solo los que les gusta mi método.

Eso debe ser súper difícil porque creo que vos además tenés la tarea re compleja de sacarnos de nuestra zona de confort al romper con ese paradigma del inglés que estábamos acostumbrados.

-Eso es lo que tiene de bueno este método: uno se anima a usar el inglés sin miedo y actualmente te abre un montón de puertas. Con respecto a lo que decías de romper el paradigma, yo creo en todas las perspectivas, por ejemplo: vos imaginate que vemos el mundo, estaríamos viendo La Tierra en sí. Ahora, si vos la mirás de arriba, ves el polo norte y si yo la miro de abajo estoy observando el polo sur, los dos estaríamos viendo lo mismo pero desde perspectivas distintas, y lo bueno de que estas existan es que cada uno puede seguir la que se le acomode más, pero sin desprestigiar otras perspectivas que tal vez se le acomodan a la persona que tengamos al lado. Nadie tiene asegurada la verdad, lo que hacemos es elegir una y amoldarla a nuestro gusto, pero para eso tenemos que ver todas las demás verdades y así poder crear una propia.

Hay profes que combinan los dos paradigmas pero hay muchos que no. ¿Crees que eso debería cambiar?

Yo creo que todos los profes tienen sus maneras de explicar y no por eso son malos en lo que hacen. En ese sentido soy fiel creyente de que todos los profesores cuando preparamos la materia tratamos de dar lo mejor, para transmitirles a los chicos todos los conocimientos que necesiten y así estar preparados para el día de mañana. Obvio siempre desde la predisposición y la buena onda. Como decía, todos tenemos que pasar por distintas perspectivas para enseñar y al final seleccionar la que uno cree mejor.

Contestando tu pregunta, todos los profes tenemos que reinventarnos, los chicos de hoy no son los mismos que hace 10 años atrás, ¡y te podría decir que hasta 5 años atrás! Por eso siempre nos vamos adaptando a las nuevas generaciones y todo lo que viene con ellas, como la tecnología.

Además, siempre es bienvenido que los alumnos nos digan las cosas que les gustan y/o quieren mejorar para así aprender como grupo y llevarnos lo mejor.