Por Erika Vicente, alumna de 6º año
En amoroso recuerdo, a un mes del fallecimiento de Julia Rolls de Kruger, como homenaje a su vida y trayectoria, quisimos redactar esta nota para contar su historia y su aporte fundamental al Colegio Estrella de Belén, no solo como fundadora, sino a lo largo de sus más de 30 años de vida como Institución.
El domingo 15 de octubre de 2017, precisamente el día de la madre, fallecía a los 72 años en la ciudad de Benito Juárez, Julia Irene Rolls de Kruger. Después de un diagnóstico que señalaba un cáncer avanzado ubicado en el hígado, pero con metástasis en todo el cuerpo, Julia vivió sus últimos días rodeada de su familia y de sus 7 hijos.
“La vocación de Julia fue el otro. Ella vivió para el otro. Sea el hijo o no. Siempre había alguien más viviendo en su casa, comiendo en su mesa. Nunca le cerró la puerta a nadie. El prójimo; los niños. Las personas de menos recursos, el necesitado, el que sufría, el que lloraba, el dejado de lado. Siempre ayudó a todos, sin importar condición económica, pero su enfoque estuvo centrado en los que tenían menos recursos”, así la recordó Ana Berg, una de sus nueras y la actual directora del nivel secundario.

Foto tomada en 2013 en la ciudad de La Plata. Se festejaba el 1 año de Olivia (la primer nieta mujer de Julia). En la foto en brazos de Julia están Abigail y Juliana.
Su historia
Julia nació el 1 de septiembre de 1945 en la ciudad de Mar del Plata. Hija de doña Catalina y don Juan Rolls, misioneros ingleses en Argentina, vivió en la ciudad costera junto a sus hermanos Arturo, Lucía, José, Juan, Andrés, Margarita y Daniel. En el año 1951 comenzó sus estudios en la Escuela Nº 95 de Mar del Plata. Al finalizar la primaria se trasladó a Buenos Aires con su hermana Lucy hasta 1959. En 1959 viajó a Inglaterra, la tierra de sus padres a estudiar la secundaria en Clarendon School, North Wales (Gales). Se recibió en el año 1964. Desde allí hasta 1968 se formó como enfermera en The London Hospital, en Whitechapel, Londres. El 23 de julio de 1968 comenzó a estudiar como partera en Queen Charlotte Maternity Hospital, estudios que culminaron el 12 de febrero de 1969. Ese mismo año volvió a la Argentina y comenzó a trabajar como enfermera en Mar del Plata. En 1970 viajó a Inglaterra y trabajó como enfermera en Londres. Un año más tarde volvió a Argentina donde completó su formación académica estudiando en el Seminario Bíblico de la Unión Evangélica en Bahía Blanca.
El 1º de febrero de 1975 contrajo matrimonio con Roberto Kruger en San Nicolás. Vivieron allí y trabajaron como pastores en la Iglesia de la Unión Evangélica Argentina. Tuvieron 7 hijos: Carlos, Elizabeth, Irene, Débora, Roberto, Ana Julia y Evangelina. Carlos es actualmente profesor de educación física en el Colegio Estrella de Belén y su esposa, Ana Berg es la directora del nivel secundario. También fue abuela de 10 nietos.

En la foto están presentes Julia y Roberto y sus 7 hijos, junto con los nietos
Su visión para fundar el Colegio Estrella de Belén
Luego de varios años, el matrimonio Kruger Rolls se mudó a Tandil para ejercer el pastorado en la Iglesia de la Unión Evangélica de la Argentina, situada en calle Mitre 643 de nuestra ciudad. En ese período fundaron, en el año 1986 el Jardín de Infantes Estrella de Belén, dando así origen al Colegio, que hoy cuenta también con ciclo primario y secundario. El nombre que hoy lleva el colegio surge en alusión a la estrella que condujo a los sabios de oriente hasta Jesús. “La idea es que el Colegio sea esa luz que nos guía a conocer a Cristo, y que cuando lo conozcamos, lo adoremos. Eso es Estrella de Belén”, señaló Julia en una oportunidad, recordándole a su nuera, Ana la razón de ser del colegio.
“El objetivo principal para crear la escuela era darle una oportunidad a los chicos de Tandil, no importa su estado monetario. Darles una oportunidad de conocer La Biblia y la enseñanza cristiana”, mencionó Julia cuando se cumplieron 30 años de la creación del Jardín Estrella de Belén.

Festejo del día del maestro, año 1988. De izquierda a derecha: Julia Rolls, Victoria Zalagione, Susana Maldonado, Liliana Rielo, Pirucha Ibañez, Liliana E. Goycoechea y Liliana Baldovino.
En el colegio trabajó activamente desde su fundación, hasta 2002. Su labor estuvo relacionada con la consejería pastoral. “Julia siempre nos repetía que por sobre las personas está la obra de Dios. Y eso es lo que tratamos de hacer y gracias a Dios hicimos todos estos años. Quiera Dios que los que sigan, lo continúen haciendo. Si bien es muy importante seguir las normas y las reglas, ella nunca se olvidaba que esto era una obra de Dios. Es un colegio especial, y eso es responsabilidad de todos los que estamos; los que trabajamos, los que son padres, los alumnos, toda la comunidad educativa obramos a favor o en contra del testimonio del colegio. Ella siempre nos dijo que el colegio es del Señor y para el Señor”, recordó Marta Alonso de Kruger, cuñada de Julia y la directora del nivel primario.
En diciembre de 2003, Julia Rolls empezó a viajar al Hogar Infantil Belén, un hogar de niños fundado en 1970 en la ciudad de Benito Juárez, provincia de Buenos Aires, por iniciativa de un grupo de mujeres de la Misión Unión Evangélica Argentina, con el fin de conformar una casa en donde no sólo se atiendan las necesidades vitales de los niños desamparados y abandonados sino que, al mismo tiempo, se les muestre el camino a la vida eterna que sólo se encuentra en Jesucristo. Actualmente los directores son Alejandro Aussello y Andrea Blois.
Julia continuó su obra de fe en Benito Juárez, en el Directorio del Hogar Infantil Belén, lugar donde siguió desarrollando junto al pastor Kruger y su familia un incansable compromiso con Jesús y los niños. Era la directora del Hogar Belén. Coordinaba el personal, se encargaba de lo administrativo, lo legal, lo organizativo y lo pastoral. Julia vivió muchos años dentro del hogar. Tenía su propia habitación y compartía el baño con los chicos (hasta aproximadamente 2009).
“Julia dedicó varios años de su vida a los niños. Ella decía que lo peor que le podía a pasar a un niño era la falta de amor. Esa era la causa por la que los niños estaban en el hogar. No era la falta económica o la ausencia de recursos, sino de amor. Esa falta que, ella desde su convicción creía que solo Dios podía llenar. Solo Dios puede abrazar a los niños y entenderlos en esa situación de abandono”, dijo al evocarla Ana Berg.

Julia con cuatro de sus hijas en la boda de Ana Julia
En marzo de 2016, Julia toma licencia en el Hogar debido al accidente de tránsito que sufrió su hija Elizabeth en febrero de ese año, que la dejó en terapia intensiva aproximadamente siete semanas y una semana en coma. Y Luego comenzó para Lizzy un lento período de rehabilitación. Julia, fue una madre presente, incansable en ese momento de angustia. No solo atendiendo sus necesidades, sino presente en el clamor y la oración a Dios por su vida. Todos los días publicaba el parte médico de su hija a través de Facebook para que sus conocidos pudieran acompañarla en oración.
Fue una mujer de Dios que ha dejado en nuestra Institución no solo las bases fundamentales del amor de Dios, sino también un ejemplo integral de vida que trasciende a través de los tiempos, porque su vida siempre fue guiada y motivada por Dios