Por Ana Berg, directora del Nivel Secundario
A partir de la reunión plenaria de las Comisiones de Educación y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia de la Cámara de Diputados, que tuvo lugar el 4 de septiembre con el objetivo de reformar la ley de Educación Sexual Integral (ESI), comenzaron a circular diversas versiones que indicaban que ciertos sectores se oponían a la implementación de ESI en las escuelas.
Como directora del Nivel Secundario del Colegio “Estrella de Belén” intentaré aclarar algunos puntos en relación a la implementación de la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral y su posible modificación, sobre la cual hay mucha discusión hoy en día, y otro tanto de confusión. Confusión que viene de la mano de la desinformación sobre las modificaciones que se pretenden realizar a dicha Ley, que a nuestro modo de entender socavan la libertad de enseñanza, de pensamiento, de creencia y religión, de expresión. De legislarse estas modificaciones sería un avasallamiento al ideario institucional de los colegios públicos de gestión privada y a los de gestión pública también y a los derechos de los padres en escoger la educación más adecuada para sus hijos.
Estas modificaciones permitirían que en las aulas se promueva y adoctrine sobre una perspectiva determinada, la ideología de género, imponiéndola como “condición sine qua non” a todas las personas por igual sin considerar su libertad de opinión, de pensamiento, de elección.
Entonces, en primer lugar haré referencia a la Ley 26.150 en vigencia desde 2006 y su aplicación, tomando como ejemplo nuestro Colegio. En segundo término me referiré a las modificaciones que se pretenden realizar a la Ley mencionada, y de nuestra postura como institución confesional cristiana evangélica. Y en tercer lugar de manera breve intentaré explicar qué es la ideología de género y dos argumentos científicos que la refutan.
Empecemos entonces. La Ley 26.150 sancionada en octubre de 2006, establece que todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada. Institucionalmente celebramos y apoyamos su aplicación ya que la consideramos una herramienta fundamental para enseñar desde temprana edad sobre el cuidado del propio cuerpo, el respeto al prójimo, prevención de abusos, embarazos precoces, enfermedades de transmisión sexual, romper con mitos y tabúes, entre muchos otros temas que la educación sexual integral abarca.
En nuestro secundario se aborda el tema en varias materias, pero puntualmente aprovechamos los espacios curriculares de Construcción Ciudadana y Salud y Adolescencia para cumplimentar con el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, usando en muchos casos el material que el Ministerio de Educación de la Nación distribuyó en su momento.
Quiero reforzar la idea de que celebramos la implementación de Educación Sexual Integral en las escuelas y en la nuestra puntualmente decimos: “ESI sí”. Amparados en el artículo 5º de la mencionada Ley que expresa: “Cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”, la impronta que le damos al Programa Nacional de E.S.I se fundamenta en la formación integral de los estudiantes basada en los valores bíblicos y universales de la Palabra de Dios.
Si me permiten contaré brevemente algunas experiencias realizadas en el nivel a lo largo de todos estos años. Hemos realizado Talleres con Padres bajo el lema Educar para el Amor; hemos convocado a profesionales de la Salud del Hospital Ramón Santamarina quienes abordaron el tema de relaciones sexuales, métodos anticonceptivos, enseñando por ejemplo, la correcta colocación de condones masculinos. Sin ir más lejos, este año nos visitó una Licenciada en Obstetricia quién nuevamente abordó estos temas y respondió inquietudes de los estudiantes.
Sin desatender la realidad social y cultural que viven nuestros adolescentes les enseñamos métodos anticonceptivos, cómo cuidarse, cómo cuidar al otro, cómo prevenir embarazos, cómo prevenir enfermedades de transmisión sexual, aprender a decir que no, prevenir abusos, detectarlos y denunciarlos; entre otros tantísimos temas como alimentación, drogadicción, noviazgo, bullying y podría seguir enumerando.
Abordamos también las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer. Sabemos que hay personas, ya desde temprana edad, que toman decisiones en cuanto a su sexualidad. Trabajamos sobre la inclusión, la no discriminación, entendemos que son decisiones personales, pero no por eso dejamos de enseñar las verdades bíblicas sobre la creación maravillosa de Dios. Dios nos creó hombre y mujer.
Expongo todo esto para que no te confundas: SÍ, en mayúsculas, a que se aborde Educación Sexual Integral en la escuela, por las siguientes razones:
– Creemos en la necesidad de una educación sexual integral que abarque los aspectos científicos, biológicos, psicológicos y sociales en la comprensión de la propia sexualidad y la del otro en un marco de respeto.
– Creemos que una educación sexual integral contribuye a prevenir la violencia de género, el abuso infantil, los embarazos no buscados y sobre todo los de la adolescencia temprana.
– Creemos que una educación sexual integral hace a la persona más responsable en el uso de su sexualidad.
– Creemos que el Estado tiene una responsabilidad irrenunciable en asegurar que una educación sexual integral llegue a todos. (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina ACIERA, septiembre de 2018).
Pero entonces ¿a qué nos oponemos? Nos oponemos a las modificaciones propuestas por las comisiones de Educación, Familia, Mujer y Minoridad y su elevación para el tratamiento en el recinto de la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Nación, para la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral, lo cual implica un claro avasallamiento a la libertad de enseñanza, libertad de pensamiento, libertad de creencia y religión, libertad de expresión, avasallamiento al ideario institucional de los colegios públicos de gestión privada y a los de gestión pública también y a los derechos de los padres en escoger la educación más adecuada para sus hijos.
Actualmente nuestra legislación, junto a los tratados internacionales a los que adhiere nuestro país, expresa:
- Que toda persona tiene derecho a la educación, la que debe estar inspirada en los principios de libertad, moralidad y solidaridad (Convención Americana de Derechos Humanos, art. 12).
- Que la educación integral debe darse “con la participación de las organizaciones sociales y las familias” (Ley 26.206, art 4).
- Que son responsables del ejercicio y derecho de enseñar y aprender: “Los Estados, las confesiones religiosas, las organizaciones de la sociedad y la familia” (Ley 26.206, art 6).
- Que la familia es “el agente natural y primario” de la educación (Ley 26.206, art 6 y art 128 a).
- Que los padres tienen el derecho a elegir para sus hijos/as la institución educativa cuyo ideario responda a sus convicciones filosóficas, éticas o religiosas (Ley 26.206, art 128 c).
- Que las instituciones de educación de gestión privada tienen el derecho de aprobar el proyecto educativo institucional de acuerdo con su ideario y participar del planeamiento educativo (Ley 26.206, art. 63 a).
- Que en el proceso de elaboración de su proyecto institucional cada comunidad educativa adaptará las propuestas en el marco del respeto a su ideario institucional (Ley 26.150, art. 5).
Las modificaciones que se intentan introducir a la mencionada Ley, distorsionan gravemente su sentido original y pretenden imponer contenidos ideológicos de manera autoritaria.
En tal sentido concordamos con la Declaración realizada el pasado sábado 15 de septiembre, por la Asociación Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) que versa:
“Dada la gravedad de la legislación que intenta imponer la educación sexual ideológica, tanto a nivel nacional como provincial, expresamos nuestro más firme rechazo a:
- El intento de obligar a las instituciones a enseñar lo que no concuerda con sus idearios (contrario a lo establecido en el art.5 de la ley 26.150).
- El intento totalitario de excluir a los padres a la hora de elegir la educación sexual de sus hijos (conforme al art.18 inc. 4 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 12, inc. 4 Convención Americana de Derechos Humanos).
- El intento de introducir, dentro de la educación sexual, contenidos sin base científica que responden a una construcción ideológica, sin contar con la participación de los padres y actores sociales en su elaboración.”
Pero ¿qué es la ideología de género? Y aquí abordaremos el tercer y último punto empleando extractos del material Ideología de Género realizado por el Consejo Pastoral Evangélico de Córdoba. «La ideología de género es una ideología política de corte neomarxista y sesgo totalitario, que defiende que las diferencias entre el y la mujer, a pesar de la obviedad anatómica y biológica, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son construcciones culturales y convencionales, que responden a roles y estereotipos que a lo largo de la historia la sociedad ha ido creando».
La ideología de género persigue conseguir cuatro objetivos generales:
- Liberar al ser humano de las limitaciones de su biología.
- Conseguir la desaparición de la familia natural tildándola de opresora.
- Abolir la cultura judeocristiana, su ética y sus valores obsoletos.
- Imponer la sociedad igualitaria en el nuevo orden mundial.
Mencionaré sólo dos argumentos científicos que refutan la ideología de género:
- La sexualidad humana es un rasgo biológico objetivo binario: XY y XX son marcadores genéticos saludables, no los marcadores genéticos de un trastorno. La norma del diseño humano es ser concebido como hombre o como mujer. La sexualidad humana es binaria por definición, siendo su finalidad obvia la reproducción y crecimiento de nuestra especie. Este principio es evidente por sí mismo. Los extraordinariamente raros trastornos del desarrollo sexual, entre ellos la feminización testicular y la hiperplasia suprarrenal congénita, son desviaciones de la norma sexual binaria, todas ellas médicamente identificables y directamente admitidas como trastornos del diseño humano. Los individuos con trastornos del desarrollo sexual no constituyen un tercer sexo.
- Nadie nace con un género. Todos nacemos con un sexo biológico. El género (la conciencia y sentimiento de uno mismo como hombre o mujer) es un concepto sociológico y psicológico, no un concepto biológico objetivo. Nadie nace con conciencia de sí mismo como hombre o mujer; esta conciencia se desarrolla con el tiempo y, como todos los procesos de desarrollo, puede desviarse a consecuencia de las percepciones subjetivas del niño, de sus relaciones y de sus experiencias adversas desde la infancia. Quienes se identifican como «sintiéndose del sexo opuesto» o como «algo intermedio» no conforman un tercer sexo. Siguen siendo hombres biológicos o mujeres biológicas.
Al respecto Javier Monge, el pastor de nuestra congregación local refirió: “se habla de diversidad y respeto pero no es así porque en definitiva no nos respetan imponiendo que todos pensemos que está bien cuando en el fondo cada uno sabe por naturaleza misma que algo está en verdad mal. Si una persona género masculino se autopercibe como mujer o viceversa, yo la respeto y no la juzgo de ninguna manera, pero no me pueden obligar a aprobar e imponer su ideología y menos que las enseñemos en nuestras aulas. Personalmente me duele en el alma lo que está sucediendo. Por otro lado como persona de fe en el Señor y servidor del Evangelio, en nuestra comunidad de fe son bienvenidas todas las personas sin que importe importa su sexualidad o cómo se autoperciba, nuestra congregación tiene las puertas abiertas a todos. Siempre dispuestos a escucharlos y recibirlos».
No te confundas, E.S.I ¡SÍ!, sin ideología de género, sin avasallamientos y con la participación y compromiso de los padres.