Por Jasmijn Griffioen y Emilia Poliszuk

«Puedo dejar la música para siempre y eso no afectaría mi vida». Es una de las frases con las que nos sorprendió en la entrevista Fabián Liendo, líder de la banda cristiana «KyOsKo», una de las más reconocidas de Latinoamérica; explicándonos que su verdadera vocación es Dios.

Con una trayectoria de casi 30 años y premiada por la Asociación de comunicadores Sociales (ADECOS) en reconocimiento por el esfuerzo de transmitir valores a través del arte y la música, está banda de rock y gospel cristiano tiene la misión de compartir el mensaje de salvación de Dios.

Liendo también es Pastor de la iglesia Real Ciudadela, padre, esposo y arquitecto.

En un encuentro enriquecedor, Fabián nos cuenta no solo sobre la creación de su banda, sino que también profundiza sobre su pastorado, su familia, el Proyecto Real, del que es parte, y el futuro.

¿Cómo fueron los primeros inicios de KyOsKo, cómo se creó ese proyecto que hoy ya tiene tantos años y tantas canciones?

Bueno, les llamaría la atención saber que no lo armamos como un proyecto musical, no habíamos pensado en ser una banda. Estábamos trabajando en la evangelización con chicos con adicciones cuando pensamos que, como éramos varios músicos, podíamos hacer algo para convocar más chicos. En ese tiempo estábamos mucho en la calle evangelizando y nos parecía que cualquier expresión artística podía llegar a ser una herramienta más, un brazo de extensión y bueno, lo hicimos. Lo llamativo fue que, en un momento, un empresario que no era cristiano nos dijo: “miren, esto no puede quedar en la nada, yo pongo el dinero”, así que nos dio el dinero y nosotros grabamos. Después, nos dimos cuenta de que donde íbamos había 1500, 1800 personas y entonces dijimos: “pasa algo, ¿no?”. Así empezamos a comprender que Dios estaba produciendo algo que estaba más allá de nuestras expectativas. Con el tiempo, vino el ofrecimiento de un contrato discográfico que, para mí, fue muy sorpresivo. Yo perdí a mi papá, perdón, el Señor se llevó a mi papá, siendo yo adolescente. Fue una pérdida muy significativa para mí. Él trabajó 35 años en la industria discográfica, entonces, cuando me ofrecen un contrato discográfico, fue fuerte emocionalmente. Nosotros le dijimos que no negociábamos el contenido porque si había que negociarlo, no solo no avanzábamos en un contrato discográfico, sino que además yo dejaba la música. Nos dijeron que ellos nos querían así tal cual como éramos y entonces nos dimos cuenta que Dios tenía un propósito. Allí dijimos “bueno Señor, si esto es lo que vos querés, avanzamos”.

Entonces, ¿no se produjo en ningún momento la discusión de contenido?

Se habló en un principio sobre “adaptar” como para que más gente pueda escuchar, pero nosotros explicamos que el evangelio no es para un tipo de gente, sino que es para todos. Es la noticia más importante que el ser humano haya escuchado jamás. Nosotros no íbamos a hablar como personas religiosas, no íbamos a hacer propaganda de Jesús, sino que íbamos a comunicar el evangelio desde la evidencia de una vida que ha sido transformada por la vida de Cristo y que lo íbamos a hacer tratando de tener un logro artístico.

Relacionado a eso, ¿cómo es el proceso de composición y de grabación? ¿Escribís las canciones solo o con toda la banda?

Las canciones las escribo siempre yo. En la música sí hay colaboración de los chicos, esencialmente de Ezequiel. La manera de componer es primero, después de que Dios ya me habló y me dio todo el guión, lo divido en 12 o 13 capítulos y cada uno es una canción. Entonces, en base a que ya sé lo que va a decir, escribo la música como si fuera una teatralización de ese tema y luego la armo como una especie de Tetris. No sé si todos los músicos escriben y componen de la misma manera, pero, yo, por ejemplo, cuando hay un estribillo, ya sé que no suena de la misma manera si hay una vocal abierta o una vocal cerrada, entonces tengo que buscar la palabra que en la tercera sílaba tenga una vocal cerrada y todas esas cosas que, para mí, son dolorosas y fascinantes a la vez. Cuesta un montón, pero es precioso después escucharla lograda con poesía, con un contenido claro. Cuando digo “claro” no es que cualquier persona lo pueda entender, sino que la poesía tiene como característica una forma de adaptación a las diferentes realidades de las personas. Si yo dijese algo de la misma manera que lo dice cualquier persona no tendría un logro artístico, pero, cuando alguien lo dice distinto, hace que mi realidad se convierta en la realidad de los demás porque tiene una poesía que puede adaptarse a la interpretación. Ese logro es tal vez, aunque lo más complicado, lo que mayor satisfacción da una vez que decís “acá está cerrado, está logrado”.

¿Cuál es tu canción favorita de KyOsKo? ¿Por qué?

Como favorita, ninguna, porque es casi como que a un padre le pregunten cuál es su hijo favorito. Todas fueron siempre muy especiales a su debido momento. Yo no soy un compositor prolífico, alguien que compone música todo el tiempo y que elige la mejor, sino que, cada vez que hay un proyecto es básicamente porque Dios ya lo mostró, ya habló y dio la identidad de lo que teníamos que comunicar. Entonces, se convierte en algo muy importante y hay que encontrar la mejor manera de comunicarlo. Pero, si pudiera elegir una canción que tiene como una síntesis acerca de todo lo que habló Dios en este tiempo, elegiría la canción “Invisibles”, que encima es una canción extraña para una banda porque tiene siete melodías, no tiene estribillo, ninguna melodía se vuelve a repetir y tiene como una manera de ir abriendo puertas donde se va desarrollando la letra. Es un tipo de canción que a los chicos de la banda le costó mucho al principio asumir como idea, pero después la recibieron muy bien y era algo que yo quería hacer desde hace tiempo. La letra nos identifica muchísimo.

También sabemos que fueron nominados y premiados en numerosas ocasiones como los GMA Awards, los premios Águila y UNESCO ¿Hubo alguno que marcó una diferencia o sentís que impactó tu vida como músico?

El apóstol Pablo les dice a los hermanos explicando cuál es nuestra naturaleza: “si vamos a hablar de servicio, yo serví más que todo ustedes, pero lo que yo le quiero explicar es que no fui yo, fue la gracia de Cristo en mí, y yo no osaría hablar de otra cosa que no sea de lo que Cristo ha hecho por medio de mí”. Recibir un premio como si nosotros tuviéramos algo que ver con eso sería deshonesto, todo lo ha hecho el Señor y las veces que tuve la oportunidad de recibir un reconocimiento lo he hecho en su nombre, lo que me dio la oportunidad de poder explicar cuál es nuestra identidad en Cristo. Yo digo que los premios son como una estación en el Vía Crucis. La cruz nos permite caminar hacia nuestro propio destino, que es nuestra propia muerte carnal para dar señales de resurrección permanentemente en nuestra vida en la expresión de Cristo. Cuando hay una estación, como un reconocimiento, es para ver si realmente nos importa premiar logros personales o si verdaderamente estamos crucificados juntamente con él. Los premios son como un cartel en el camino que nos decía es por acá. Dios está aprobando esto.

Fabián y la banda en 2008 cuando recibieron el la placa del Disco de Oro para Universo 4

Ustedes participaron en el Jesus Fest en 2015 en Tecnópolis, que fue un gran evento, y cantaron el himno He decidido seguir a Cristo donde dice “la cruz delante, y el mundo atrás”, ¿qué significa esto en tu día a día?

Yo conté el testimonio de cómo esa canción fue compuesta. Era acerca de una familia en una aldea completamente pagana que conoció a Cristo. A esta gente, que no sabía ni leer ni escribir, Cristo se les manifestó. Uno de ellos, compuso esta canción tan cortita y tan contundente, “He decidido seguir a cristo”. Fueron asesinando a cada uno de los miembros (por su acercamiento a Dios) mientras ellos iban cantando esta canción, y cuando uno observa este testimonio no puede más que comprender realmente cuál es nuestra sustancia. Cristo en nosotros, como la sustancia del Dios invisible, es exactamente lo que Dios llama cristianismo. Es bien importante poder entender esto porque los cristianos, los hijos de Dios, no defendemos una creencia, no somos gente que esté predicando un mensaje, sino que damos evidencia de una persona. El evangelio no es un mensaje a poner en práctica, que es una naturaleza, no somos nosotros, sino que es Cristo en nosotros. Lo que trajo una convicción a lo largo de la historia en todos esos hijos de Dios que han perdido gozosamente su vida por amor a Cristo, no es que han creído en un mensaje, sino que lo han conocido y consideraron que él era mejor que la vida. No somos gente que creemos en Dios sino gente que damos evidencia de una sustancia llamada vida, que es Cristo.

¿Qué evolución notás desde los comienzos de la banda o este proyecto de KyOsKo en el 94 y ahora? ¿Qué diferencias ves?

Bueno, en realidad, en un hijo de Dios la evolución es una especie de despojo de sí mismo: cuanto menos hay de nosotros más hay de Dios. Nosotros, honestamente, no hemos mejorado, lo que ha crecido es Cristo en nosotros. La expresión de él nos permite tener un lenguaje más preciso en relación a su propósito por el cual nos creó. Cuando uno está más cerca del objetivo, más claro lo ve. Así entonces, aunque siempre predicamos el mismo evangelio, a medida que iban pasando los años lo íbamos comunicando de una manera más precisa.

Tal vez en cuanto a lo musical, creo que los artistas tienen una necesidad de evolución. Para un artista, el seguir produciendo exactamente lo mismo que el año anterior es muy frustrante. Si uno no tiene un avance en el logro musical siente que no pasó nada. Hay que avanzar y creo que eso es algo puramente natural, que está en el ADN del artista. Eso lo hemos articulado casi sin tironeos, todos veíamos lo mismo, todos entendíamos lo mismo. KyOsKo siempre ha funcionado como uno. Nosotros nunca hemos tenido discusiones, ni en el ámbito espiritual, ni en el artístico. Otra cosa fundamental es que todo el dinero que manejaba KyOsKo en los ministerial fue para la extensión del Reino. Todos trabajábamos como podíamos, pero no involucramos nuestro corazón con el dinero por lo que eso tampoco generó ninguna tensión jamás.

¿Alguna vez arriba del escenario sentiste que lo que estabas haciendo no era la voluntad de Dios?

No, porque yo calculo que una vez por mes se lo preguntaba al Señor, es algo permanente. Yo tres veces le pregunté “esto ya está, ¿no?”, porque yo nunca estuve enamorado de la música. Yo la disfruto muchísimo, está mi ADN, pero el día que conocí al Señor supe que él era mi vocación, que él era mi tesoro y entonces puedo dejar la música para siempre y eso no afectaría mi vida. El tesoro de mi vida es Cristo y nunca se fue, y nunca se va a ir, entonces creo que eso tiene que ver con una etapa de mi vida que es hermosa, pero lo más hermoso es que eso está en Cristo, que todo lo que ocurre en Cristo es maravilloso en su tiempo, pero el día de mañana puede ser cualquier otra cosa y estaría muy bien también.

Del otro lado de la moneda, sabemos que Dios usó su música para tocar muchas vidas… ¿Alguna vez alguien les contó un testimonio de conversión donde ustedes fueron agentes o participaron en el conocer a Dios?

Honestamente podría escribir un libro de todo eso, porque fueron miles. En nuestro tiempo, cuando comenzamos, a veces era difícil que llegaran todos los testimonios, pero recibíamos cientos de mails contándonos. En ese tiempo había una encargada de prensa que se encargaba de leer todos los mails. Mensajes de chicos que quisieron quitarse la vida, que quisieron abortar, situaciones extremas de abandonos de hogar y millones de cosas. La forma en que un joven, un adolescente pierde completamente la expectativa acerca de la vida, se desconecta de toda la gente que lo ama (inclusive de sus padres) y de repente en su habitación desconectado de todo vínculo y toda relación empieza a escuchar una canción y el Espíritu Santo de Dios obra en su corazón para trasladarlo de muerte a vida, o del reino de las tinieblas al reino de la luz admirable, es algo que produce Dios, es ajeno a nosotros y ocurre. Nos han pasado cosas que la gente no creería. Han ocurrido milagros como, por ejemplo, una vez que estábamos en Guatemala nos llegó un mensaje diciéndonos que una chica adolescente a los 16 años había quedado embarazada. Ella era de familia cristiana y consideró que los papás no la iban a entender y porque el papá del bebé se había ido. Entonces ella creyó que la mejor solución era quitarse la vida. Cuando se encerró en el baño decidida a hacerlo, la mamá prende la radio y empieza a sonar una de las canciones de KyOsKo. Ella cayó quebrantada, llorando y en ese lugar nació de nuevo. Ella en el mail nos dijo: “había tanta gente, quería llegar hasta ustedes, pero no pude, yo quería presentarles a esta princesita de seis meses que está conmigo y que estamos disfrutando de la vida que Cristo ahora nos otorgó en él”. No hay lugar ahora donde yo vaya que no me digan que algo les ocurrió, que conocieron al Señor en un concierto o a través de la música. Hoy ya por el desarrollo del ministerio de KyOsKo, que lleva 28 años, los pastores de menos de 50 años cada vez que me invitan o yo visito me dicen que nosotros pastoreamos todas sus juventudes. Eso ha sido y sigue siendo muy fuerte.

KyOsKo. Imagen tomada de la página oficial de  Kyosko

Como dijiste, KyOsKo tiene 28 años de carrera y en 2024 cumplen 30 años de todo el proyecto. ¿Tienen pensado alguna celebración o algún festejo por esta trayectoria?

Por ahora no, pero lo que sí armamos es un proyecto que se llama KyOsKo One, la idea de armar diferentes formatos de lo que es KyOsKo, o sea, ya no solamente en el formato en el cual nos conocieron siempre sino entrar en diferentes ámbitos y, con diferentes ministerios musicales, crear distintas expresiones musicales y artísticas.

Y veremos… si llegamos a los 30 años, si Dios lo permite, lo haremos y pensaremos si eso merece un festejo como lo hicimos a los 20 y a los 15 años, fue muy lindo.

¿Qué consejo le darías a un artista que quiere también usar su música para llegar a las personas y llevar el mensaje de salvación?

El consejo que yo le doy a alguien que está en Cristo y que es un ciudadano del cielo es: la música no es lo importante. La música es sólo un medio en las manos de Dios. Tienen que estar enamorados de Cristo y colocar todo el talento a los pies de la cruz para que Dios lo produzca. Si él lo produce entonces van a ver aquello por lo cual ustedes fueron creados.

Siendo ya miembro de la banda, ¿cómo fue convertirse en pastor? ¿Cómo fue el llamado?

El llamado está implícito. El pastorado no es un nombramiento sino es un reconocimiento. La diferencia es fundamental, porque no es que uno ahora va a ser algo que antes no hacía, sino que se reconoce una labor que ya uno la está haciendo hace tiempo. Yo me convertí a los 16, pero desde los 19 años que yo ya estaba pastoreando adolescentes jóvenes, y nunca dejé de predicar el evangelio, de estar en donde realmente se necesita luz y sal, y de discipular. Este trabajo de pastorado, después de años, dijeron hay que reconocerlo. Simplemente lo vemos. Es  como pasar por un campo y al mirar que un pastor está rodeado de ovejas uno dice: “ese es un pastor”, entonces al estar haciendo la labor de pastor lo reconocen. A mí no me cambió la vida, particularmente fue lo que hice desde mis 19 años, solo que lo reconocieron.

En tu opinión ¿un pastor se hace o se nace?

Hay dos lecturas de eso. En la eternidad de Dios esto ya ocurrió, es una asignación divina que habita eternidad. Pero, en los procesos del cronos del hombre en tiempo y espacio, esto se va manifestando a través del tiempo en los procesos de Dios. Entonces yo, de acuerdo al obrar de la cruz en mi vida, para que haya menos de mí y más de Cristo, puedo malograr ese propósito o lograr que eso se manifieste de la manera más contundente en relación a lo que Dios diseñó para mi vida. Yo podría ser en la elección de Dios desde la eternidad algo que, por mi inmadurez, nunca ocurre.

Y, sobre la pandemia… ¿cómo la viviste? ¿Cómo fue ser pastor en esos tiempos?

Bueno, por un lado, fue fuerte el rediseño, porque había que comprar cámaras, armar un equipo para crear un estudio de filmación, de grabación y todo esto encima, al principio, tenía que hacerlo uno solo, desde su propia casa, porque no podíamos salir ni a la puerta. También hubo que reorganizar todos los grupos dentro de la congregación, la escuela bíblica, los grupos adolescentes, preadolescentes, niños, reuniones generales, encuentros de padres y demás, todo había que hacerlo virtualmente.

Pero, desde un sentido mucho más profundo, lo que yo creo es que la pandemia fue una poda: el árbol quedó mucho más chiquito, pero preparado para la próxima temporada. La realidad es que, en Latinoamérica, volvió a la presencialidad entre un 25% y un 30% de la gente, o sea, hay entre un 65 y un 75% de gente que no ha vuelto a la presencialidad. Si ustedes observan la parábola del sembrador van a ver que solamente una de cuatro semillas cae en buena tierra. Y,  ¿cuándo uno lo puede ver? En la crisis. La pandemia fue una crisis. Se vió el fruto. Si hay vida, si alguien nació de nuevo no puede evitar amar como Dios ama, no puede evitar la obediencia porque es él quien la produce. Así entonces, no hay quien esté resolviendo esto diciendo: “nos acomodamos a esta realidad y me acostumbré a verlo desde mi casa en pijama, e igual veo el culto”. No hay tal cosa porque morimos por estar en comunión con el cuerpo de Cristo, porque morimos por el evangelio, porque nuestro corazón explota por los perdidos, porque no lo podemos evitar. Porque el árbol bueno da fruto bueno, y eso es algo que es ajeno a nosotros. En el caso nuestro, la iglesia se triplicó, pero muchos de los históricos no los vemos, y esto llama la atención. Hablaba con Danilo Montero y él me decía que volvió solamente el 50% y de ese 50% un 30% es nuevo, o sea que, en relación al total, solamente volvió un 20%. La pandemia fue dolorosa en muchos aspectos, como una poda, cortando todas las ramas, pero fue gloriosa en otro sentido porque Dios nos preparó para la próxima temporada. Se vio el verdadero fruto de la gente que realmente expresa la vida de Cristo.

¿Qué nos podés contar sobre Real Proyecto y tu rol como director? ¿Qué es? ¿Qué es lo que hacen?

Real es una mesa donde todos pueden comer el pan de vida, simplemente venir comer y ser fieles a su asignación en el lugar y en la geografía donde Dios lo puso (seguir sirviendo en la iglesia donde pertenece cada uno). Nadie tiene que diezmar, nadie tiene que ofrendar, no se le va a cerrar una puerta atrás. Esto comenzó porque Dios nos había dicho, en el año 2000: “Hijo, hay que re evangelizar la iglesia”. Y yo dije “¿cómo le voy a predicar a la iglesia?”. Y él me dijo: “no me conocen”, y yo dije que me iban a tratar de loco. Saqué un disco que se llamó No te alejes de mí y está dedicado a la iglesia diciéndole: “Hay que volver a Dios, hay que volver a la palabra de Dios”. En muchos aspectos no fue comprendido, pero a lo largo de los tiempos, Dios se ha manifestado, y llegamos a hoy y vemos que Dios está produciendo algo en todo el mundo volviendo a la palabra de Dios. Esta repercusión para nosotros ha marcado un nuevo comienzo en la figura de Real. Durante la pandemia incluso se han sumado más de 40 ministerios al proyecto Real.

Con respecto a tu familia, ¿cómo está compuesta? ¿Cómo conociste a tu esposa? ¿Hace cuántos años están casados?

Este año cumplimos 30 años de casados. La conocí en un campamento cristiano, de jóvenes y ha sido y sigue siendo un viaje impresionante. Aunque estamos envejeciendo juntos, no nos damos cuenta. No añoramos el pasado, la expresión del presente de Dios en nosotros todo el tiempo nos abraza y estamos anhelando lo que está ocurriendo y lo que está por ocurrir en la voluntad de Dios. Hemos pasado por situaciones muy duras que tal vez a cualquier persona lo dejaría en un estado de depresión, de tristeza, de vacío profundo como por ejemplo, que Dios se ha llevado a uno de nuestros hijos. Sin embargo, todo lo que ocurrió, aunque doloroso, ha sido glorioso en la voluntad de Dios. Pudimos celebrar en todo tiempo: “Entristecidos más siempre gozosos”, es decir, es un gozo que sin importar las circunstancias de la vida Dios es siempre hermoso y lo podemos celebrar. Tenemos dos hijos más: Sebastián, que tiene 28 años y hace ya dos años y medio que está casado, y Valentino que está por cumplir 24 años y que todavía vive con nosotros. Seba tiene una banda que se llama Fila 9, y Dios lo usa muchísimo, no solo por la banda sino porque sale a predicar todo el tiempo, y Valentino es el que está detrás de bambalinas, es el que está trabajando en la edición de imágenes en la producción de contenido y en equipo, ahí trabajando. Esa es la familia.

¿Cómo haces para regular todo esto que venimos hablando de ser pastor, ser líder de KyOsKo, ser director del proyecto real, con tus prioridades en la familia? ¿Cómo manejas las prioridades?

Esa es una gran pregunta. Esto la iglesia mayormente lo ha interpretado mal, pero si ustedes observan las Escrituras van a ver esto muy claro. Yo puedo ofrendar mi vida a Dios, más lo que no puedo ofrendar es mi función de padre ni mi función de esposo. Pablo dijo esto: “si ustedes quieren ofrendar por completo sus funciones quédense sin casarse, pero esto no lo dice Dios, esto lo digo yo, esto es un consejo humano. Pero si ustedes están en Cristo pueden ofrendar su vida, pero no todas sus funciones”. Ustedes van a estar consagrados a la voluntad de Dios, pero la voluntad de Dios implica funciones que responden a esa voluntad. Por ejemplo, Dios dice que yo ame a mi esposa como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella para santificarla y salvarla. Entonces, ¿yo abandonaría ese mandamiento por la obra? ¿Desobedecería la voluntad de Dios por atender la obra de Dios, cuando yo sé que Dios no es igual a la obra? Una cosa es la obra de Dios y otra cosa es Dios. Yo por ejemplo, soy arquitecto y podés visitar todas mis obras, pero yo no soy las obras que hago. Fuimos llamados a fidelidad. No estamos consagrados a la obra, ni al cristianismo, sino a la voluntad de Dios. Yo puedo salir a predicar, yo puedo viajar, pero lo que no puedo es ofrendar mi función de esposo. Yo tengo que amar a mi esposa como Cristo ama a la iglesia lo que implica tiempo, dedicación, amor, comprensión, misericordia, piedad. Si mi esposa no hubiese ofrendado su función de esposa, como lo hizo para que yo esté predicando el evangelio a todos los necesitados y perdidos, yo no hubiese viajado porque no puedo desobedecer a Dios para hacer su obra. Como mi familia me ofrendó yo he podido viajar y estar más de la mitad del año fuera del país. Eso fue una alegría y un gozo para todos porque todos ofrendamos. De no ser así, mis hijos hubiesen vivido como que la iglesia le robó a sus padres porque lo que vos no ofrendas, te es despojado. Entonces, si vos le preguntas a mis hijos si ellos sienten que yo no estuve, ellos te van a decir “mi papá siempre estuvo”. Esto es bien importante.

Aun así, al no tener tanto tiempo, ¿en algún momento no te sentiste abrumado y con ganas de renunciar como para dedicarle más tiempo a tu familia a pesar de que ella te haya ofrendado?

Estamos saliendo de Ezeiza y yo ya estoy queriendo volver. Esa fue la cruz más importante de los viajes. Extrañar al bien amado. A veces hacíamos giras de veintipico de días y era poner palitos en la pared para ver cuántos días faltaban para volver. Aunque cada día y cada situación que Dios producía era hermosa y gloriosa, y disfrutamos todo lo que Dios producía, estábamos todo el tiempo anhelando volver. Por eso digo que, esto, yo no lo hubiese hecho ni que estuviera loco por amor a la música. Solamente lo hice por amor a Cristo.

Entonces, relacionado a lo último que dijiste sobre el amor hacia la música y a Cristo, ¿vos sentís que, a este punto de tu vida, ya sabes o encontraste cuál es tu propósito?

Yo lo que entendí, a lo largo de toda mi vida, es que Dios no tiene un propósito para mí. Dios tiene un solo propósito y es su propósito, y la gran noticia es que él me incluyó en él. Yo vivo para su gloria, ese es su propósito.

Apuntando sobre el reconocimiento, que sabemos que es parte de todo músico, toda persona pública, ¿vos sentiste que en algún momento haya afectado tu vida, tu relación con tu familia o de alguna manera tu vida personal?

Bueno, hay cosas que son ajenas a nosotros. Por ejemplo, yo puedo recibir un reconocimiento de la gente y está en mí si eso me hace pensar que yo soy alguien importante o realmente soy lo que Dios dice que soy. Dios le dijo a Pablo: “Nada de lo que pasó en tu vida fue por tu propia pericia o por tu capacidad o por tu talento, todo lo hice yo”. Cuando alguien te dice “qué bárbaro” “qué campeón”, “que capo”, y esas cosas, yo la lectura que hago de todo esto es que en definitiva ¿va a honrar a Cristo? ¿Lo va a mostrar a él? ¿O me va a mostrar a mí?

Lo que no puedo manejar es como lo ve mi esposa o como lo ven mis hijos, porque eso está fuera de mí. La forma en que ellos lo han visto no los afectó de manera negativa, sino que entendieron que el reconocimiento de la gente te otorga un poder. No es lo mismo que algo lo diga cualquiera a que una persona a la cual vos tenés un reconocimiento. Entonces, ese reconocimiento es para precisamente poder decirle a la gente: “No me miren a mí, mírenlo a él”. Eso es precioso para nosotros.

Para ir finalizando, queremos saber… desde la parte musical, de Real Proyecto, de tu pastorado, ¿qué esperas para el futuro?

Nosotros grabamos un disco que se llama Real antes de la pandemia. Lo único que queda es cantarlo. Yo canté tres canciones que ya salieron, que están en Youtube, pero el resto del disco solo está grabado. Lo tengo que cantar y que salgan. La idea era sacar este disco este año y cerrar este año con un concierto. Ya casi, no sé si dos años y medio, que no hacemos nada, entonces la idea era hacer un concierto y ver qué sentido le damos y si cerramos ciclo KyOsKo, o eso será la puerta de algo nuevo.

En relación al Proyecto Real, entendemos que es algo incipiente, que comenzó y no sabemos dónde va a terminar, pero que nos conduce a la gloria postrera. Estamos atentos a las señales de Dios. Todo lo que Dios va produciendo es lo que ojo no vio, ni oído oyó, ni ha subido al corazón del hombre… Entonces que yo me imaginé lo que va a pasar termina siendo un contrasentido, porque lo que Dios va revelando acerca de sí mismo es algo que no está en el disco rígido del hombre. Es estar atento a las señales de vida que Dios produce y celebrarlo en el momento en que Dios lo haga. Vamos, y que Dios lo determine y le dé forma.