Por Sol Barayian y Franco Leguiza
Hace ya más de dos meses, en la localidad de Tandil, no se han confirmado más casos de coronavirus y por esta razón se encuentra en fase 5. La llamada «nueva normalidad» se hace visible en la ciudad con nuevas medidas y protocolos de protección para todos los habitantes, especialmente en la reapertura de los bares que pueden ser un punto de contagio masivo.
Desde el pasado 8 de junio, Tandil ingresó en fase 5 porque el día 24 junio se cumplieron dos meses que en nuestra ciudad no se confirmó ningún caso más de coronavirus y esto dio lugar a la reapertura de muchas de las actividades que se habían dejado de desarrollar por causa de la pandemia, entre ellas la gastronomía.
Se tuvieron que tomar diversas medidas y protocolos para cuidarse entre los propios empleados y a sus clientes, según cuenta Juan Pradere, encargado de Figlio: «El protocolo de ingreso al local se da por medio de una recepción, donde se hace una toma de datos, a raíz de una ordenanza municipal para mantener un cierto control y en caso de que haya un posible contagio, en base a los lugares que haya visitado el cliente, se puede saber qué contactos tuvo esa persona en cuestión. Es más que nada una forma de mantener una cierta tranquilidad en la población». Además agregó: «El tapaboca es de uso esencial tanto para ingresar como para llegar hasta la mesa, una vez que llega el pedido en la mesa se lo pueden quitar para consumir. En caso que tengan que ir al baño o moverse a algún otro sector o llamar a alguien del personal, ahí deben usar el tapabocas, por una cuestión de evitar posibles contagios. No hay uso de diarios ni tampoco se hace uso de cartas físicas, nosotros tenemos una carta virtual y en las mesas hay un código QR o una página web donde ahí está la carta».
También, cuenta Macarena Vera Pissarro, encargada de 1823: «El protocolo para cuando ingresan los clientes es higienizarse las manos con alcohol que está cercano a la puerta, también cada mesa tiene su alcohol en gel y el uso de barbijo se evita mientras los clientes consumen y cuando se va la persona desinfectamos la mesa y todo los productos que se usaron».

Protocolos de seguridad para la reapertura de bares
En cuanto a la limpieza y desinfección de los bares, Pradere afirmó que los ambientes se desinfectan de manera periódica durante todo el día, desde que se abre hasta que se cierra, al cierre se hace una desinfección general a fondo, lo mismo la apertura, todo lo que sea superficie del material que sea se desinfecta, tanto con alcohol al 70% o con un desinfectante de residual muy fuerte, que se usa justamente para la desinfección a fondo de las superficies, no se recomienda el uso de ese desinfectante durante las jornadas en las mesas y en las sillas. Por su lado su compañera Antonella Araña, camarera de Figlios señaló: «Nosotros tenemos desinfección todo el tiempo, a cada mesa la desinfectamos con alcohol diluido en agua 70/30 y cada más o menos una hora y media o dos nos lavamos las manos, desinfectamos las tablets y barras cada 2 horas. Lo que son platitos y cucharas se desinfecta siempre antes de que salga».
En consecuencia a este tiempo de pandemia también tuvo que haber una reorganización en cada lugar para que se cumpla el distanciamiento social: «La distancia que hay entre cada mesa es de 2 metros, los mismo se trata de mantener las marcas de los pisos para que la gente que está en la heladería, trate de no estar muy cerca una de la otra», dijo Pradere que también afirmó que el límite de la cantidad de clientes cambió y la organización y cantidad de las mesas depende de los metros cuadrados que tenga cada lugar, ellos actualmente tienen 25 mesas porque cuentan con un gran espacio físico. Por su lado, Pissarro explicó: «En realidad lo que se trató de hacer además de las mesas, es que entre persona y persona las sillas tengan 1 metro y medio de distancia» y también agregó que no tienen establecidos un límite de personas, sino que siempre y cuando se reduzca la cantidad y se respete la distancia”.

La distancia establecida para ubicar las mesas es de 2 metros
Aparte de cumplir con los cuidados y protocolos los empleados de estos lugares están en constante contacto con los clientes, Pradere contó: «Acá en Tandil creo que no estaríamos tan expuestos, hace meses que no tenemos casos, está bastante controlado la entrada y salida en nuestra ciudad. Aparte la gente se porta bien, la mayoría entra con barbijo, si no traen uno, nosotros tenemos tapabocas descartables para proveerles». Sin embargo su compañera, Antonella afirmó que se encuentra expuesta al virus porque más allá de tener todos los cuidados no dejan de estar expuestos como los médicos. Y por su lado, Pissarro: «Creo que estamos expuestos todos pero por suerte estamos en una ciudad donde no tiene casos positivos, eso te da cierta tranquilidad y espero que sigamos así».
Las medidas tomadas actualmente para la reapertura de estos bares, según Pradere: «van a quedarse porque una vez que todo esto se haya normalizado un poco yo creo que los cuidados van a seguir, por una cuestión que todavía no hay vacunas, el virus así como si no se va a erradicar, muchos de los cuidados se van a mantener con el paso del tiempo, es más creo que algunas costumbres van a quedar también ya arraigadas, incluido el saludo». Por su lado, Araña manifestó su opinión: «Para mí el uso de barbijos va quedar instalado con nosotros, si capaz la gente toma más conciencia en algo medio básico como el lavado de manos, que es el primer método preventivo para cualquier patología, los cuidados personales se van a incorporar un poco más» y, Pissarro afirmó: «algunas medidas como la higiene de las manos va hacer muy frecuente para todos, esperemos que el uso de barbijo lo tengamos que evitar, pero es probable que nos acostumbremos todos a cuidarnos un poquito más».

Alcohol en gel, distancia, y protección los ejes sobre los que gira la reapertura
Pudimos hablar con algunos clientes de estos dos lugares entrevistados, tanto Figlio como 1823, para saber cómo se sentían con todas las nuevas medidas tomadas: «La verdad me sentí cuidada, cuando llegamos a Figlio nos explicaron todo el protocolo, hicieron un registro por si surgía algún caso para poder ubicarnos por cualquier cosa, tanto por si nosotros estábamos infectados como para estar al tanto si alguien que concurrió ahí lo estuvo. El chico en la entrada nos explicó todo, había alcohol en gel en todas las mesas, no tuvimos nada de contacto con las mozas y las cartas al ser online ahorraban mucho toqueteo. Me pareció que estaba muy bien organizado, y nos sentimos muy bien», dijo Valentina Agostino, estudiante universitaria.
También entrevistamos a Lourdes Cortes, estudiante del Colegio Ayres del Cerro, que afirmó: «Todas las medidas me parecieron correctas, me sentí muy cuidada y atendida, porque todos estaban cumpliendo con las normas y a la vez no había algo muy fuera de lo común que me hiciera sentir incómoda con las nuevas medidas tomadas en Figlio«. Con sus dichos coincidieron Zoe Gomez Grutzky, estudiante del Colegio San José y Melina Vezzani, estudiante del Colegio Ayres del Cerro que sienten que las medidas están bien aplicadas ya sea en el uso del barbijo (porque si no, no te dejan entrar) y ponerse alcohol en gel una vez que se ingresa a alguno de estos bares entrevistados. También, Gian Andrés Suarez Irastorza, estudiante universitario, nos contó su experiencia: «Yo fui a Figlio a comprar helado y me había olvidado el barbijo así que me puse un cuellito que tengo hasta la nariz. Pero al ingresar, en la recepción, me dijeron que no podía entrar con el cuellito y que esta vez me la dejaban pasar porque solo iba a comprar y me iba, la próxima tenía que ir sí o sí con barbijo. También, al entrar, me pusieron alcohol en gel en las manos y me mostraron unas marcas pegadas en el piso que decían «por favor espere aquí», alejadas una de otra para respetar la distancia social establecida».
A todo esto, esperamos que estas medidas de prevención frente al virus se cumplan y se respeten para que entre todos podamos cuidarnos y no volver a fase 1 en donde estaba todo cerrado y no se podía salir.