Por Federico Fernández, Iván Sánchez, Joel Plugiese y Enzo Molina 
Este texto que se publica es parte del Proyecto de escritura de textos argumentativos de Prácticas del lenguaje de 3er año, llevado adelante por el profesor Esteban Chialva. Los alumnos, divididos en grupos, trabajaron editoriales y artículos de opinión con su formato pertinente en cuanto a estructura y recursos argumentativos. Luego cada grupo eligió libremente el tema sobre el que querían escribir.

Desde hace mucho tiempo (estamos hablando de miles de años), la mujer ha sido considerada el género débil, siendo degradada y sometida a la autoridad del hombre, estableciéndose de esta manera un patriarcado. Y, aunque la sociedad haya evolucionado, este pensamiento se encuentra aún arraigado en ella.

Según la RAE (Real Academia Española) “el machismo, como construcción cultural, es un modo particular de concebir el rol masculino, modo que surge de la rigidez de la mayor parte de las sociedades del mundo contemporáneo, para establecer y agudizar las diferencias de género entre miembros”.

Un claro ejemplo de este tema es lo ocurrido hace solo unos días en Barcelona, donde hubo una detención de un hombre que grabó y dejó morir a su pareja  en el momento que tenía una bajada de azúcar. En un principio el hombre parecía inocente, pero cuando la policía lo investigó más a fondo, en su prontuario encontraron pedidos de captura y varias denuncias por abuso. Lamentablemente este es solo uno de los tantos casos de machismo y violencia de género que se denuncian diariamente por el mundo. Este es un tema muy delicado que a la justicia se le ha ido de las manos ya hace tiempo, por lo que debería comenzar a preguntarse qué está haciendo mal y cambiar la forma de enfrentar este problema.

Cuando hablamos de machismo no solo estamos ante casos de violencia física, sino también de violencia psicológica, que ocurren a través de los insultos y el menosprecio que demuestran los hombres hacia las mujeres. La médica feminista Mabel Bianco, creadora de la fundación para estudio e investigación de la mujer (FEIM) y defensora de género del Diario Perfil afirma: “La violencia psicológica ocurre en parejas en las cuales las mujeres están vinculadas afectivamente, no es igual si es un extraño. Muchas veces son los padres de sus hijos, las liga el afecto o el amor y no es fácil denunciarlo”. También aclaró que la violencia psicológica antecede a la física.

Ahora bien, pasando a los datos acerca de casos de machismo, podemos decir que desgraciadamente en España han sido asesinadas por sus maridos novios o ex parejas, 975 mujeres entre 2003 y 2018. En el caso de Latinoamérica cada día mueren asesinadas 9 mujeres. Y esta terrible cifra puede ser solo la punta del iceberg, ya que en el caso de México por ejemplo, solo el 10% de los casos se denuncia. Según las cifras de la ONU, en 2017 murieron 2.559 mujeres víctimas de violencia machista. Aunque en este informe no se incluye a México ni a Colombia, dos de los países con la mayor cantidad de casos de machismo.

Pasando a nuestro país, un ejemplo para seguir con estos tristes números es el caso de Natalia Gómez, una adolescente que sufría violencia psicológica por parte de su padre, la cual no fue denunciada y prosiguió en forma de violencia física y abuso. Esto se le fue de las manos al padre cundo tuvo un ataque de furia, y se desquitó con su hija quien terminó internada en el hospital.

En conclusión, el hombre es exactamente igual a la mujer, por lo que desde hace mucho tiempo deberían haber podido gozar todas las mujeres de los mismos derechos que los hombres. El hombre de la actualidad ya debería tener en claro que no es superior a ninguna mujer, sino que somos todos iguales. Pero las mujeres defensoras de sus propios derechos, que se hacen llamar feministas, en algunos casos llegan al otro extremo de creerse no solo iguales a los hombres sino que llegan a menospreciarlos y se creen superiores, por lo que ¿será esta la única salida al machismo?