Por Jacco Griffioen

La educación en Argentina debió reestructurarse para combatir la cuarentena y continuar con la formación de los alumnos. Los profesores, alumnos, padres y directores pasaron y pasan por un proceso de virtualización en el que se cambia el pizarrón por la pantalla y el recreo por las distracciones.

La sanción de el aislamiento social obligatorio que anunció el Presidente Alberto Fernández el domingo 15 de marzo, como era inevitable, incluyó también la suspensión de clases a nivel inicial, primario y secundario. A su vez, se emitió una resolución que recomendaba a las universidades e instituciones de educación superior una readecuación de las clases presenciales y otras actividades académicas. Como podemos imaginar, y algunos presenciar, esto significó un gran desafío que contrajo muchas dudas y cuestionamientos sobre cómo seguiría la continuidad pedagógica de los alumnos. 

A lo primero que se recurrió, fue a la virtualización. La necesidad de mantener una comunicación con los alumnos llevó a las escuelas a establecer medios de conexión. Zoom, Google Classroom y Whatsapp fueron las plataformas más populares entre las contactadas. “Nos mandan todo por classroom y sino las clases online son por zoom”, nos contó Tadeo Mónaco estudiante 6to ao del Colegio Secundario del colegio Estrella de Belén, Tandil.

“Todos los días recibimos tarea, 1 o 2 pero siempre recibimos alguna”, afirmaba Sofía Rodríguez, también estudiante del secundario del Colegio Estrella de Belén, cuando le preguntamos cada cuánto recibían tarea.

Espacios compartidos, dispositivos, parte de la realidad de la educación en la virtualidad.

“Tengo hasta 2 o 3 tareas para hacer en el día, estamos re tapados”, nos contó Mateo Himitian, estudiante de la Secundaria Montessori, de la localidad bonaerense de Lujan, ante la misma pregunta.

 Para los estudiantes, sobre todo los de primaria y secundaria, el proceso de pasar de un aula física a una virtual no fue tan fácil de cómo podemos llegar a pensar. No tanto por la dificultad que conlleva utilizar las nuevas tecnologías, sino por el ritmo que estas significan.Tal vez fue el hecho de que los alumnos estaban reincorporándose a las clases o la expectativa de que su suspensión se tradujera a un alargue de las vacaciones, o tal vez fueron las dos situaciones en conjunto que influyeron en la idea de que la cantidad de tareas había aumentado. Los estudiantes están recibiendo demasiada tarea, o al menos tienen esa sensación. Tuvimos muchas respuestas diferentes cuando nos encontrábamos haciendo el trabajo de campo acerca de cómo los estudiantes vivían el proceso de cambio, pero hubo dos preguntas en la que la mayoría coincidieron. 

La primera fue: ¿Cada cuánto recibís tarea y cuanta cantidad? Como ya mencionamos anteriormente, la respuesta de la mayoría fue que recibía tarea cada 1 o 2 días y que en general son 1 o 2 tareas de diferentes materias. Al analizar los números nos sorprendemos porque genera la impresión de que los alumnos están sobreocupados con tarea. Por eso decidimos indagar un poco más y consultarles cómo es que son sus tareas y cómo es su espacio de trabajo. Al realizar estas preguntas seguimos encontrando varios puntos en común entre los alumnos. 

Cuando hablábamos sobre los ambientes de estudio, la mayoría nos contestó que cuenta con un espacio para realizar la tarea. En algunos casos es compartido y en otros personal, pero todos cuentan con uno. Lo siguiente fue preguntar si en este espacio había muchas distracciones o como era su situación. Otra vez nos encontramos con similitudes en las respuestas, y es que todos se sienten vulnerables a la distracciones del hogar. “Hay distracciones de todo tipo. Se empiezan a pelear en casa o tengo a mi hermana que está en clase, a mi otro hermano que también está en clase, la televisión que se escucha igual aunque cierres la puerta… si, distracciones hay de lo que se te ocurra”, nos cuenta Fermín Maly, exalumno del Colegio Estrella de Belén y estudiante de la Tecnicatura Universitaria de Desarrollo de Aplicaciones Informáticas en la UNICEN. Hacer un poco de tarea con algunas distracciones no es un problema, el problema se da cuando toda una familia se encuentra dentro de la casa y se tiene que realizar todo en el mismo ámbito. 

Otros inconvenientes también surgen cuando los alumnos no cuentan con la tecnología o elementos necesarios para realizar las actividades. De todos los estudiantes que entrevistamos, no hubo ningún caso en el que alguno no contará con los medios necesarios, ya sea conexión internet o computadoras. Sin embargo, podemos imaginar los múltiples casos que existen de alumnos que no cuentan con ellos. Para estos casos se empezaron a implementar diferentes formas para llegar a los estudiantes. Por ejemplo, la docente en Tecnología y Plástica Ana Griffioen nos contaba que en la Escuela Primaria Nº24 D.E de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde ella trabaja, a los alumnos que no cuentan con los medios se les acerca un cuadernillo con actividades didácticas para que las realicen durante la cuarentena.  Además por parte del gobierno comenzaron a surgir diferentes iniciativas en las que se transmite material educativo por la televisión pública y por la radio. 

Tarea para la materia de Arte producida por el autor de la nota

Otro inconveniente que los entrevistados nos relataban es tener que compartir los medios. Hay situaciones en las que hay una computadora y son 3 integrantes de la familia los que la tienen que usar, y también grupos familiares que no disponen en el hogar de un equipo de escritorio y trabajan desde un teléfono celular.

Otro tema que le planteamos a los alumnos fue el del aprendizaje. Si se les complicaba tener que aprender desde casa, si los profesores están acompañando el proceso y cuestiones por el estilo. Las respuestas obtenidas fueron similares en el caso de los estudiantes de primaria y secundaria. Los estudiantes de universidad, en general, nos decían que en cuanto al aprendizaje no cambia mucho la situación. “Es más o menos lo mismo, osea, antes de la cuarentena ya usábamos la plataforma virtual, y justo ahora es época de exámenes o de entrega”, nos contaba Eugenia Griffioen, estudiante de la Vrije University en los Países Bajos. En el caso de los chicos de secundaria, nos contaban que es un poco más complejo, aunque los profesores hacen todo lo posible por acompañarlos hay situaciones que el aula virtual no pueden reemplazar. “No es que el contenido sea más difícil, pero como no es presencial, y a veces no te pueden explicar bien lo que tenés que hacer y es difícil entenderlo. El Zoom no es lo mismo”, nos decía Mateo Himitian. Al ser la primaria y la secundaria una institución que acompaña más el proceso de aprendizaje de los alumnos, la diferencia de lo presencial y virtual es más notable.

Cuando le preguntamos a los alumnos si se sentían abrumados por tanto trabajo algunos dijeron que sí, pero otros no tanto. La mayoría nos contó que si, se sienten un poco abrumados pero no es tan solo por la tarea, sino que entran otros factores en juego, como el estar encerrado, el hecho de estar en la casa genera la sensación de no hacer nada porque es tu casa, estar en casa todo el tiempo hace que la procrastinación sea más fácil, las noticias. No todo es culpa de la escuela, pero muchos acuerdan en que los profesores deberían buscar la manera de no dar tantas tareas. Sin embargo, hay que aclarar que luego de las dos primeras semanas la cantidad de tareas que se le piden a los alumnos, por lo menos en el colegio Estrella de Belén, ha bajado considerablemente y esto es apreciado por los estudiantes. 

A su vez decidimos contactar a docentes para saber cómo era su situación. Ellos nos explicaron cómo están viviendo enseñar desde casa. Cuando le preguntamos a los profesores si recibieron alguna indicación sobre cómo encarar la pandemia en torno a las escuelas, nos contestaron que no hubo ninguna general, sino que dependía mucho de la dirección de cada escuela. Dora Frumboli, profesora de Literatura, nos contaba que en una de las escuelas usan un tipo de tecnología (Google Classroom), en otra usan la misma pero dividen el ciclo superior y el inferior en dos plataformas diferentes. 

Hablando  de tecnologías, aprovechamos para preguntarles qué medios utilizaban para contactarse con los alumnos. Y a diferencia de los estudiantes, nos respondieron con más variedad de plataformas. Ana Griffioen nos contó que utiliza varias plataformas para las diferentes escuelas: Edmodo, Padlet y Santillana Compartir (la plataforma online de santillana). Y Dora Frúmboli nos contó que utiliza Google Classroom, Whatsapp y Zoom para las video llamadas. Otro punto que nos llamó la atención es que ninguno de los docentes que entrevistamos recibieron de parte del gobierno o las escuelas algún tipo de capacitación. “Fue como hagan lo que puedan con lo que tienen”, comentó Ana entre risas, respondiendo la pregunta. Nos contó que no recibió ningún tipo de capacitación formal, pero que una de las escuelas puso a disposición a la profesora de computación para hacerle consultas.

Como a los alumnos, les preguntamos a los profesores cómo es que vivían la cuarentena trabajando desde casa. Todos los docentes nos afirmaban que sentían que estaban trabajando mucho más, que la jornada laboral se había extendido. “A veces siento que estoy trabajando más de lo que trabajaría si estuviese en la escuela. O pasa que en la ciudad en el horario laboral la plataforma no funciona y el Internet está colapsado. Y recién a las 10 de la noche podés entrar y subir los trabajos”, nos mencionaba Ana sobre su jornada laboral. También la docente nos hacía llegar la idea de que con estas nuevas tecnologías lo que viene incorporado es la inmediatez. Y al estar todo el tiempo conectados puede dar la impresión de que estamos trabajando todo el tiempo. “Ponele hoy es viernes, en la escuela te digo chau y no nos vemos hasta el lunes”, pero qué pasa cuando es sábado a las 8 de la noche y llega una notificación de un alumno que tiene una duda sobre un cuestionario. Los docentes están conectados todo el tiempo y es algo que hay que agradecer.

Luego nos relataban que cuando estaban comenzando a utilizar las herramientas virtuales se sentían un poco abrumados. Nos contaban que al no estar acostumbrados a cómo funcionaban o se cansaban o no las terminaban de entender. “Me pasaba que abría la plataforma y tenía 150 mensajes de alumnos y decía: ¡Qué pasó!”, nos comentaba Ana. Pero nos aseguraron que fue hasta que le “agarraron la mano”.

Otro tema que nos intrigaba era saber cómo hacen los profesores o maestros para evaluar a los alumnos. Cómo se evalúa la participación en clase o todas las situaciones que no son medibles. Los docentes nos comentaron que por ahora la idea no es calificar numéricamente, sino de una forma cualitativa en la que se tiene mucha consideración y cuidado con los alumnos, ya que no todos cuentan con las mismas condiciones para realizar la entrega de los trabajos.

Al final de cuentas podemos observar que ambas partes de la educación se vieron afectadas. Tanto los alumnos como los docentes pasaron por un proceso de virtualización que los llevó a descubrir cómo utilizarlas correctamente y sanamente. Como todos sabemos, la cuarentena se espera que dure un lapso más largo de lo deseado, por eso es que entre todos debemos ayudarnos para sobrepasar este tiempo de encierro. 

Fotografía: Jacco Griffioen